Cuando Joey Watts, de seis años de edad, se sometió a una cirugía cardíaca que le salvó la vida, quedó con una gran cicatriz en el pecho. Su padre Martin quería inspirar confianza en su hijo, así que se hizo un tatuaje que maquilla la cicatriz de su hijo para mostrarle que es algo de lo que debe estar orgulloso.
¡Dios bendiga a este niño y su padre!